Durante el Cuaternario, ocurrieron una serie de cambios ambientales ligados a ciclos de glaciaciones a escala global que afectaron y moldearon profundamente los paisajes y formas de vida del planeta Tierra. La mayor glaciación ocurrió...
moreDurante el Cuaternario, ocurrieron una serie de cambios ambientales ligados a ciclos de glaciaciones a escala global que afectaron y moldearon profundamente los paisajes y formas de vida del planeta Tierra. La mayor glaciación ocurrió hace 110 mil años durante el Último Periodo Glacial, el cual tuvo su apogeo en el Último Máximo Glacial (UMG) hace unos 18.000 años; en esta época los glaciares de montaña de la sierra de Santo Domingo, perteneciente a los Andes venezolanos, tuvieron su máxima extensión y volumen, la temperatura era unos 7ºC más baja y los rangos de precipitación fueron unos 400 mm menores que en la actualidad. Con la llegada del Holoceno (hace aprox. 10.000 años AP), las condiciones ambientales se tornaron más húmedas y cálidas, lo que ocasionó el derretimiento de las grandes masas de hielo y el aumento de la colonización vegetal a mayores alturas. No obstante, durante dicha época se dieron algunos periodos fríos de los cuales destaca la Pequeña Edad de Hielo (PEH), que corresponde al último de los avances glaciales holocenos, particularmente después del Último Máximo Glacial (UMG). Durante la PEH la temperatura disminuyó entre 3 a 1.4 ºC y hubo valores de precipitación de unos 20% mayores a los actuales. Se emplea el Modelo Bioclimático de Zonas de Vida de Holdridge (1971) para la reconstrucción paleobiogeográfica de la antes mencionada sierra con la finalidad determinar las características del clima y sus incidencias en la distribución de las zonas de vida durante el UMG y la PEH, poniendo a prueba los resultados obtenidos con evidencias morfológicas glaciales y paleo-palinológicas. A través del modelo, se determinan las transformaciones sucesivas en las zonas de vida de la sierra bajo determinadas condiciones climáticas a través del tiempo. La reconstrucción de paleoglaciares permite una aproximación que muestra el papel que cumplen las evidencias de paleoglaciares tropicales como indicadores de la variabilidad climática global. Se prevé que de continuar los efectos del cambio climático actual en la sierra, existirá un desplazamiento de zonas de vida a cotas superiores y, seremos testigos de la desaparición futura de algunas de ellas como la Nival y la tundra pluvial Alpino, desencadenando profundos cambios ecológicos.