Esta investigación con mujeres cabeza de familia permite identificar una serie de conclusiones. 1/ La realidad de las mujeres lesbianas (o bisexuales) cabeza de familia es interseccional, y está determinada simultáneamente tanto por su...
moreEsta investigación con mujeres cabeza de familia permite identificar una serie
de conclusiones.
1/ La realidad de las mujeres lesbianas (o bisexuales) cabeza de familia es
interseccional, y está determinada simultáneamente tanto por su condición de
mujer como por su pertenencia a una minoría sexual. Las mujeres, además,
pueden ser mujeres migrantes, o personas racializadas. La combinación de
circunstancias puede forjar un acercamiento positivo a la realidad cotidiana
de estas mujeres, y en particular a sus planes vitales y familias; al mismo
tiempo, sin embargo, no se puede negar que la acumulación de vectores de
discriminación complica sus vidas, de manera constante y perceptible.
2/ No obstante, no es siempre fácil identificar en qué medida la orientación
sexual “añade” dificultad a las vidas de las mujeres. La supervivencia de las
brechas de género expone a las mujeres, en todos los órdenes de la vida, a
problemas de rentas más bajas o menores posibilidades de éxito en el
mercado laboral. Las mujeres están, de por sí, más expuestas a los
estereotipos de género o a las violencias. El patriarcado genera desventajas
hacia todas las mujeres, cerrando oportunidades y limitando los desarrollos
futuros. Por esa razón no es siempre posible, ni lo es para las propias mujeres,
aislar los efectos y las causas de las discriminaciones. Naturalmente, existen
ejemplos graves y sangrantes de lesbofobia, que con demasiada frecuencia
se siguen traduciendo en actuaciones violentas y vulneradoras de los
derechos humanos. Sin embargo, la vida cotidiana de la mayoría de las
mujeres, y principalmente de las mujeres lesbianas trabajadoras, ha de
desenvolverse en entornos de respeto a la igualdad formal, pero de
necesidades de actuación para conseguir la igualdad real. Muchas mujeres
lesbianas desarrollan sus carreras profesionales con normalidad, expuestas,
sin embargo, a las limitaciones que sufre cualquier mujer. Al mismo tiempo,
estas mujeres sospechan que pueden existir limitaciones ocultas,
cerramientos heteropatriarcales, que quizás puedan estar conformando un
doble techo de cristal.
3/ La investigación sobre la lesbofobia en los entornos laborales se enfrenta a
importantes desafíos metodológicos. Las mujeres más visibles, más
concienciadas, y por lo tanto más disponibles para investigaciones como las
que se resume aquí, son mujeres que, o bien han elegido caminos
profesionales menos susceptibles de generar discriminación (el sector
público, por ejemplo), o bien han desarrollado relaciones con su entorno
laboral más o menos acomodaticias, en donde se puede asumir que se ha
podido llegar hasta un determinado nivel de éxito profesional. Asimismo, es
muy probable que las mujeres lesbianas con altas ambiciones laborales, o que
se desenvuelven en entornos muy hostiles a la diversidad sexo genérica, no
sean visibles y, por lo tanto, no puedan ser accesibles a la comunidad
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investigadora o a la actuación de las organizaciones de la sociedad civil. Esto
genera posibles problemas de sesgo en el diseño de las investigaciones que,
por ahora, no encuentran fácil solución.
4/ Los testimonios explorados en esta investigación sugieren que las mujeres
cabeza de familia pueden desarrollar sus proyectos de vida en el entorno que
han elegido, con unas relaciones aceptables con su entorno más cercano, con
relaciones en sus trabajos también relativamente satisfactorias, y en conexión
con su familia más extensa. Las familias encabezadas por mujeres prestan
atención a la relación con las familias, y en muchos casos comprueban la
capacidad de la maternidad para reforzar, o recuperar, lazos familias que
podían haber estado dañados en la anterioridad.
5/ No se puede leer de la conclusión anterior, sin embargo, que las vidas de
las mujeres lesbianas cabeza de familia sea fácil. La maternidad, un aspecto
muy valorado por estas mujeres, genera complicaciones considerables en
todos los órdenes, y dilemas de conciliación que, como a todas las mujeres,
estarán posiblemente asociados a renuncias en el éxito laboral. Las mujeres
lesbianas ofrecen un amplio repertorio de composiciones familiares, y están,
desafortunamente, aún muy expuestas a complicaciones administrativas
severas en lo relativo a la filiación o a la gestión de la reproducción humana
asistida. Las mujeres tienen a menudo dificultades en los colegios y con el
vecindario, y han de gestionar la crianza en contextos de inestabilidad laboral
y lejanía de sus círculos de apoyo más inmediatos.
6/ Aun así, las valoraciones que se proponen de su vida personal son buenas.
Un rasgo muy distintivo de las familias encabezadas por mujeres es la
búsqueda de nuevos patrones en las relaciones de pareja y en el cuidado de
los hijos e hijas. Las mujeres lesbianas apelan a la democratización del espacio
familiar, al reparto equitativo de las tareas, y a la conformación de modelos de
relaciones personales que puedan transformar no solo a sus propios hijos,
sino, quizás también, a la sociedad en su conjunto.