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Entrevista: Leer el canon en tiempos virtuales

2021, Café de Lobos

Abstract

Leer el canon en tiempos virtuales Entrevista hecha por Carla Velarde López para la web https://www.CafedeLobos.com En épocas donde los textos navegan en el mar de la información como cardúmenes y los lectores se encuentran a la espera de un título que colme sus expectativas resulta necesario poner en práctica esas habilidades cognitivas que nos permiten analizar, interpretar y deleitarnos con textos literarios. Y una vida lectora es una vida bien aprovechada. Sin embargo, contamos con un tiempo reducido para leer toda la literatura existente y con la popularidad de las plataformas de libros digitales o E-books, la tarea del lector resulta infinita. No somos máquinas que recaban información a través de algoritmos porque nuestra complejidad es enorme, y eso es lo bello en el ser humano. Entonces, dando por hecho que nunca podremos leer y/o contarlo todo, me preguntaba si existe un tipo de literatura recomendada por autoridades que ayuden a conocerme mejor sin dejar de escribir de forma competitiva y a mejorar como ser humano -si es que eso es posible-, además de aprender técnicas como escritora y para tener más herramientas para el desarrollo profesional. Es así que, en esta ocasión, Piero Ramos Rasmussen, editor de nuestra web, escritor de cuentos, poemarios y crítico literario con estudios de Literatura y Lingüística en la PUCP responde a algunas de mis interrogantes sobre cómo leer y por qué, parafraseando uno de los títulos del autor Harold Bloom. C: ¿Por qué una persona debe acercarse a la literatura? P.: De inmediato, pienso en esta figura del viudo sentado en la mesa familiar, entrada la medianoche, contemplando una fotografía de su difunta esposa con él, qué se yo, seguro en Machu Picchu o cualquier lugar del mundo que valga la pena. Pienso que este hombre debe de sentirse muy triste, lacónico. Creo que las personas deberían acercarse a la literatura para templar esas complejidades extremas que llevan al límite el sentimiento y el entendimiento humano. Quizá no haya mejor medicina que la lectura para la soledad, pero creo que aquí ya le estoy robando mucho a Harold Bloom, el catedrático de Yale, quien sostenía que lo único para lo que podía servir la literatura era para confrontar la soledad y diseñar nuestro estilo. Aunque acercarse a la literatura también es funcional en cuestiones prácticas y abdicándonos de la melancolía inicial de esta entrevista, sugeriría a cualquier lector acercarse a los textos literarios para cultivar el arte de la memoria y la escritura, para sacar reflexiones, interpretaciones, nunca en un sentido ortodoxo y definitivo, pero tampoco dejando la ventana tan abierta, puesto que no todo es tan libre y descentrado como sostenían los teóricos del posestructuralismo francés. Por ejemplo, no considero que sean infinitas las posibilidades de interpretar el poema “La belle dame sans merci” de Jhon Keats, pero tampoco me parecería del todo válido decir que aquel poema se trata de un hombre que se enamora de la muerte. Quizás, los textos literarios nos ayuden a alcanzar esa medianía entre los polos que separan al hombre y a la mujer en binarios y umbríos portales de enajenación, y más bien, con todo su poder imaginativo, nos influyan a ser mesurados. Y eso es una ventaja en estos tiempos porque el aire hiede a radical, a odio, a pelea, y no todo tiene que ser así ¿no es cierto? C.: ¿Qué es “El canon occidental”? P.: Ese es el titulo del texto donde Harold Bloom aglutina por primera vez lo que él consideró como lo mejor que se ha escrito. Su origen es religioso, aunque después se vuelve laico. Se le puede rastrear desde la aparición del Antiguo Testamento, pero el canon involucra al teatro shakespereano, al descenso a los infiernos de Dante Alighieri, quien, guiado por Virgilio, nos entregó la profética “Divina Comedia”. "Profeta" porque Dante se autoproclamaba como tal. También están esos gritos en el desierto de la voz poética de John Milton en “The Lost Paradise” (El Paraíso Perdido) como la triada máxima de lo que se interpreta como El Canon Occidental: el teatro Shakespeareano y las obras de Dante y de Milton. En el canon bloomiano también nombramos a Emily Dickinson, a las hermanas Bronté, a la señorita Flannery O’Connor, cuya imaginación derrotaba a su ortodoxia religiosa en cada uno de sus maravillosos cuentos. Y menciono esto porque el canon no solo son un grupo de blancos europeos y varones como lo pintan los teóricos críticos, multiculturalistas, feministas, etc. El canon detona por la propia fuerza estética de los textos que lo constituyen, los mismos que se erigen sobre las cenizas del pozo de fuego literario que representa el paso del tiempo en “La angustia de las influencias”...